La visión a largo plazo.
A mledida aque se desarrolla erl drama degmarzo, podría ayudoarnos recordar el largo camino que han recorrido los bancos y el que queda por recorrer. Esos caminos son muy diferentes a uno y otro lado del Atlántico.
En Europa, los recientes acontecimientos no deben hacernos perder de vista las cuestiones normativas que ya estaban en marcha (¿quién podría olvidar Basilea III?) y, lo que es más importante, las que están a punto de llegar.
La normativa bancaria de la UE pone el foco en la divulgación de los riesgos climáticos, incluidos los riesgos para sus carteras de préstamos que pueden derivarse del cambio climático. A partir de diciembre de 2023, la Autoridad Bancaria Europea pedirá a los bancos que divulguen tanto datos sobre estos riesgos como sus estrategias para afrontarlos. Con sectores expuestos a préstamos que van desde el inmobiliario hasta el energético, los bancos podrían enfrentarse a depreciaciones por fenómenos meteorológicos extremos o por cambios en la política y la normativa climáticas.
En Estados Unidos, la situación es diferente. Y lo que es más importante, las normas de gobierno corporativo en Estados Unidos van a la zaga de las europeas. La idea del gobierno corporativo llegó a Estados Unidos más tarde que a Europa. Las actitudes culturales hacia el riesgo difieren en EE.UU. con respecto a Europa. Los reguladores bancarios estadounidenses también adoptan un enfoque menos centrado en los riesgos climáticos de los bancos. En todo caso, en un sentido más amplio, la desregulación puede ser una mejor descripción del panorama bancario estadounidense. Desde la derogación de Glass-Steagall hace dos décadas, y la reintroducción de los riesgos comerciales en la solvencia bancaria, hasta los retrocesos de Dodd-Frank en los últimos cinco años, las respuestas regulatorias estadounidenses a las crisis bancarias están retrocediendo, con sólo la persuasión moral en el horizonte.
¿Cómo pueden los bancos abordar mejor las consideraciones ESG ?
Gobierno corporativo
El gobierno corporativo sigue siendo la cuestión clave para el sector bancario, a pesar de la mejora en la gobernanza interna y la gestión "sana y prudente" desde la Crisis Financiera Mundial.
Volviendo a los principios básicos, la primera función del gobierno corporativo es la protección de los intereses de los accionistas minoritarios. Por eso, existen normas de gobierno corporativo, como la composición del consejo de administración. Los accionistas minoritarios deben estar representados en el Consejo para que se defiendan sus intereses. El Consejo debe contar con expertos en las áreas de actividad de la empresa, así como con una diversidad de habilidades, conocimientos, formación, edad y género. Esto es necesario para garantizar que las decisiones se toman en el interés corporativo de la empresa, incluidos los intereses legítimos y las expectativas de los accionistas y todas las demás partes interesadas.
Los bancos deben seguir los principios establecidos por los códigos de gobierno corporativo. Por ejemplo, se espera que el Consejo de Administración incluya al menos un 50% de consejeros independientes, mientras que la mejor práctica para los comités sería la plena independencia para los subcomités de auditoría, remuneración y nombramientos.
Consideremos el ejemplo de la remuneración. Los paquetes retributivos para el Consejero Delegado y los altos directivos deben estructurarse de modo que ofrezcan incentivos para la creación de valor a largo plazo, e incluir objetivos significativos para la retribución basada en el rendimiento que respalden la estrategia de creación de valor a largo plazo de la empresa.
Las empresas que muestran un mal gobierno corporativo, incluido un Consejo no independiente con falta de supervisión, tienen una mayor probabilidad de prácticas fraudulentas, desajuste de la remuneración de los ejecutivos con los resultados y subordinación de los accionistas minoritarios. Todos estos factores afectan negativamente a la valoración de la empresa y aumentan el coste del capital. Unas prácticas de gobernanza adecuadas y sólidas son cruciales para el sector financiero.
Una buena información es condición previa para una toma de decisiones bien informada. Demasiados bancos de la unión bancaria aún no disponen de sistemas informáticos suficientemente ágiles para agregar adecuadamente datos sobre la propensión al riesgo, los límites de riesgo y los perfiles de riesgo. La debilidad en este ámbito no hace sino alimentar los problemas de gobernanza a los que se enfrentan los bancos. Los órganos de dirección del banco fijan el apetito de riesgo del banco. Son responsables de comunicar los objetivos estratégicos y los valores del banco. Un marco de gobernanza sólido proporciona a los miembros del Consejo información y datos adecuados en el momento oportuno.
Medio ambiente
En los últimos años, los reguladores de todo el mundo han declarado que el cambio climático es un riesgo importante para el mantenimiento de la estabilidad financiera. Como asignadores de capital, el sector financiero tiene un papel crucial que desempeñar en el avance de la transición hacia una economía baja en carbono y en el cumplimiento de los objetivos fijados por el Acuerdo de París. En consecuencia, las instituciones financieras se ven presionadas para aumentar la transparencia y la información sobre los riesgos climáticos. Una mejor divulgación de los balances bancarios ayuda a las partes interesadas a comprender la exposición de los bancos a los riesgos medioambientales a largo plazo. Los bonos verdes y los productos de préstamo vinculados a la sostenibilidad actúan como una forma de financiar fines corporativos generales sin dejar de fomentar las mejoras en materia de sostenibilidad.
Capital humano
Es crucial que las empresas financieras cuenten con programas de gestión de la carrera profesional para mejorar los niveles de productividad y limitar la rotación, que puede resultar muy costosa. Las prácticas eficaces de gestión humana tienen implicaciones materiales para las finanzas.
Clientes
Debido a la naturaleza de sus actividades, las instituciones financieras poseen habitualmente información altamente confidencial sobre sus clientes. Analizar las políticas de protección de datos de las empresas y el cumplimiento de la normativa se ha convertido en una cuestión importante para los bancos, especialmente en la UE en virtud de su Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). La seguridad y transparencia de los productos para el cliente es una responsabilidad clave de las entidades financieras, ya que a menudo existe una brecha de conocimiento entre el banco y el cliente.