Dividendos demográficos: Invertir en el futuro

Los cambios demográficos, desde el envejecimiento de la población hasta el aumento de las clases medias, presentan oportunidades de inversión diversificadas a largo plazo, ya que estos cambios estructurales están reconfigurando la economía mundial.

A medida que la población mundial crece, envejece y se hace más próspera, los cambios demográficos están reconfigurando las economías de todo el mundo. Estos cambios transformadores están creando nuevas demandas de asistencia sanitaria, tecnología, bienes de consumo e infraestructuras.

 

Una población mundial en aumento

La población mundial crece a un ritmo asombroso. Según Naciones Unidas, la población mundial alcanzará los 9.700 millones de habitantes en 2050, frente a los 7.800 millones de 2020. Esto representa un aumento del 24% en sólo tres décadas. Se espera que este crecimiento aumente significativamente la demanda de recursos naturales y proyectos de infraestructuras, todos ellos centrados en la sostenibilidad.

He aquí algunas de las principales consecuencias del crecimiento de la población mundial:

  • Aumento de la demanda de recursos clave: Con el crecimiento demográfico, la producción mundial de alimentos tendrá que aumentar un 60%[1] y se prevé que la demanda de agua aumente más de un 40%[2] de aquí a 2050. Este aumento crea oportunidades de inversión a largo plazo en tecnología agrícola, infraestructuras y soluciones sostenibles de gestión del agua, incluido un uso más inteligente del agua, medición avanzada e iniciativas de reutilización del agua.
  • Urbanización: El cambio a la vida urbana se está acelerando: se prevé que el 68% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050, frente al 55% actual[3]. Se espera que este cambio duplique la población urbana[4]. A medida que las ciudades se expandan, aumentará significativamente la demanda de infraestructuras, incluido el transporte público eficiente, las ciudades inteligentes y la gestión avanzada de residuos.

 

 

Envejecimiento de la población

Se prevé que la población mundial mayor de 60 años se duplique de aquí a 2050, impulsada por el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la natalidad[5]. La esperanza media de vida ha pasado de unos 50 años en 1950 a más de 73 años en 2020, lo que impone mayores exigencias a los sistemas sanitarios para gestionar las enfermedades crónicas y las afecciones relacionadas con la edad. Mientras tanto, el descenso de las tasas de fertilidad en los países desarrollados está provocando el envejecimiento de la población y la reducción de la mano de obra, sobre todo en Europa y Asia.

Este cambio demográfico crea oportunidades de inversión en sectores como la gestión de enfermedades crónicas, los productos farmacéuticos, la atención a la tercera edad, la telemedicina y la tecnología médica. Además, la disminución de la mano de obra subraya la necesidad de automatización, lo que convierte a la robótica y la IA en sectores con un importante potencial de crecimiento. A medida que aumente la esperanza de vida, la planificación de la jubilación ampliada y los servicios de seguridad financiera serán cada vez más importantes.

 

 

Una población más rica

En las últimas décadas, el fuerte crecimiento económico de los países en desarrollo ha provocado una rápida expansión de la clase media, sobre todo en Asia, donde se espera que pase de 2.000 millones de personas en 2020 a 3.500 millones en 2030. Por el contrario, se prevé que la clase media en América crezca sólo ligeramente, de 647 millones a 689 millones en el mismo periodo. Como resultado, dos tercios de la clase media mundial estarán en Asia a finales de la década[6].

Este crecimiento económico, impulsado por la globalización, la mejora de la educación y la industrialización, ha equiparado los patrones de gasto de estas regiones con los del mundo desarrollado. A medida que aumentan los ingresos, los consumidores gastan cada vez más en educación, ocio y tecnología digital, con una demanda creciente de marcas mundiales en sectores como los artículos de lujo, los cosméticos y la ropa deportiva.

La integración tecnológica también está transformando las economías y los hábitos de consumo. El auge de la economía de suscripción y los avances en IA, computación en la nube y big data están remodelando los modelos de negocio y permitiendo a las empresas ofrecer servicios más personalizados y eficientes. Esto está creando nuevas oportunidades de innovación y crecimiento en diversos sectores.

Invertir en tendencias demográficas ofrece una vía estratégica para quienes buscan captar el crecimiento futuro en múltiples sectores. Al alinearse con esta dinámica, los inversores pueden capitalizar los cambios estructurales a largo plazo en un panorama global diversificado, tanto geográfica como sectorialmente, incluyendo oportunidades cíclicas y no cíclicas.

 

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