Círculos, escalas y vacas

De acuerdo con la “Global Footprint Network”, en 2020 la humanidad ha estado viviendo a crédito desde el 22 de agosto, puesto que ya hemos consumido todos los recursos que el planeta puede regenerar en un año. En otras palabras, actualmente se requieren 1,6 planetas para satisfacer las necesidades de la humanidad. Y si no hacemos nada, ¡en 2050 se requerirán 3 planetas!

A medida que los científicos y las organizaciones internacionales hacen sonar la alarma con más urgencia que nunca, el modelo alternativo, la economía circular, se ha convertido en una perspectiva importante de los gobiernos en sus planes de recuperación económica post-COVID. El término “economía circular” hace referencia al concepto del círculo de vida y energía, que asume que nada procede de nada y que nada se desperdicia nunca.

En 1979, Ad Lansink, bioquímico y diputado del parlamento de Holanda, argumentó que la mejor manera de avanzar era construir una jerarquía de opciones en la producción de bienes y servicios. La mejor opción, en la parte superior de la escala, consiste en Reducir el uso de recursos materiales o incluso Evitar su uso. La siguiente opción consistía en Reutilizar, seguida de Reciclar y luego Recuperar. La opción menos preferible, entre las existentes en una economía bien regulada, consistía en Desechar en vertederos (aunque los vertidos no regulados serían incluso peores).

Para ilustrar la multitud y la complejidad de elecciones que se deberán adoptar en la construcción de una economía circular, podemos utilizar el ejemplo tan familiar de la leche de las vacas.

La leche genera una huella de carbono bastante importante puesto que las vacas utilizan terrenos que se podrían reforestar y utilizar para absorber el carbono, además de emitir metano, un potente gas de efecto invernadero. La agricultura representa directamente el 12% de las emisiones, pero la destrucción de las selvas tropicales, en gran medida a causa de la agricultura y la ganadería, también genera calentamiento global de dos maneras. La quema de bosques ocasiona dióxido de carbono, y una vez desaparecido el bosque, éste ya no puede absorber el dióxido de carbono. Además, el contenedor de la leche generalmente está hecho de plástico, lo que implica el uso de combustible fósil. Utilizando la escala de Lansink, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

  • Reducir o Evitar: Consideremos la leche de avena como una alternativa, o la leche de soja si Ud. bebe leche para obtener proteínas. Aunque la selva tropical de la Amazonia está siendo destruida a causa de las plantaciones de soja, la mayor parte de esas tierras se utiliza para alimentar ganado, que necesita enormes cantidades de terreno. Si todos nosotros bebemos leche de soja en lugar de alimentar a las vacas con soja y luego comernos las vacas o beber su leche, no sería necesario desforestar la Amazonia. Compre un envase grande en lugar de dos pequeños, porque esto implica menos plástico por litro. Sin embargo, si Ud. compra un envase más grande, asegúrese de que se lo bebe todo. Esta opción continúa siendo la mejor opción teniendo en cuenta las limitaciones de las demás opciones, tal y como se describe más adelante.
  • Reutilizar: Encuentre formas creativas de conceder una segunda vida a los cartones de la leche. Por ejemplo, como regadera o como contenedor de almacenamiento. No obstante, existe un límite para el número de regaderas fabricadas con cartones de leche que podemos utilizar.
  • Reciclar: Coloque los cartones en el contenedor correcto, bien limpios, de modo que se puedan procesar y convertir en otra cosa. Los fabricantes pueden utilizar el plástico Reciclado para producir nuevos cartones de leche. Los granjeros pueden utilizar el estiércol de las vacas para mejorar la fertilidad del suelo.
  • Recuperar: Los ayuntamientos pueden quemar el plástico en la incineradora, produciendo calor y vapor que generan electricidad. La energía Recuperada de la incineración de plásticos es muy inferior a la energía utilizada para fabricarlo en primer lugar, por lo que Recuperar resulta peor que Reciclar.
  • Desechar: Si no existen plantas de reciclaje, los ayuntamientos deben desechar estos plásticos en un vertedero adecuado. La calidad del plástico fabricado mediante Reciclaje es peor que la del plástico virgen, y Reciclar plástico es muy engorroso, debido a que existen muchos tipos diferentes. Por este motivo, gran parte del plástico de nuestros contenedores de Reciclaje puede acabar incinerado, en un vertedero, o, en el peor de los casos, vertido ilegalmente.

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