Proporcione una segunda vida a sus inversiones

Cada año, la humanidad compra 30.000 millones de toneladas de mercancías. Tiramos o destruimos 13.000 millones de toneladas como residuos, o lo que es lo mismo, aproximadamente 2 toneladas por persona. Solo la Unión Europea produce 2.500 millones de toneladas de residuos cada año[1].

Se reutilizan muy pocos de estos residuos. Una tercera parte de lo que tiramos ha sido comprado en el mismo año. La extracción, la utilización y la eliminación de una cantidad tan grande de cosas generan una carga medioambiental importante, desde el agotamiento de los minerales hasta la destrucción de las selvas tropicales, pasando por la destrucción  de la biodiversidad.

La situación no deja de deteriorarse: desde ahora hasta 2050, se calcula que serían necesarios 3 planetas para satisfacer las necesidades de la humanidad[2].

Frente a estos retos, la economía circular ofrece una alternativa para limitar la contaminación del mar, del aire y de la tierra, así como para reducir la sobreexplotación de los recursos naturales.

Courtesy of Ellen MacArthur Foundation

Invertir en una economía circular no es solo contribuir al desarrollo de un modelo económico más sostenible. Es también invertir en un mercado potencial de 4,5 billones de dólares[3], y financiar a las empresas activas en la transición hacia un futuro sostenible.

[1] Fuentes: UNEP, Euromonitor, EPA and WEF (2019), PlasticsEurope's Statistics (2019); Material Economics (2018); Conversio's Reports (2018); Geyer, R., Jambeck, J. R., & Law, K. L. (2017).

[2] Fuente: Madison Project Database (2018) -

[3] Accenture, «Waste to Wealth: Creating advantage in a circular economy», 2015.

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