Elecciones estadounidenses de 2024 e impacto de la política climática

El impacto de las elecciones de 2024 en el tema de la descarbonización es de suma importancia, teniendo en cuenta que ese año marca un importante periodo electoral a nivel mundial, con 64 países y la Unión Europea -que representan casi la mitad de la población mundial- acudiendo a las urnas[1]. Las elecciones estadounidenses destacan por su potencial para configurar la futura política climática y la búsqueda de la descarbonización. El 5 de noviembre, los ciudadanos estadounidenses votarán para elegir un nuevo Presidente, la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

La administración Biden ha dado pasos notables en política climática con la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), cuyo objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de Estados Unidos en un 40% para 2030 respecto a los niveles de 2005. Esta legislación, con un presupuesto estimado de 400.000 millones de dólares[2], pretende descarbonizar y revitalizar la economía estadounidense mediante normativas, incentivos fiscales y ayudas públicas. Sin embargo, el coste real podría superar las estimaciones iniciales debido a la naturaleza abierta de los créditos fiscales implicados.

La posibilidad de una derogación total de la IRA es baja, pero la incertidumbre en torno a su futuro repercute en el tema de la descarbonización. Los escenarios varían en función de los resultados electorales:

  • Una victoria de Biden con el control demócrata de la Cámara probablemente salvaguardaría el IRA, posiblemente ampliando aún más el apoyo normativo.
  • Si Biden ganara con un Congreso dividido, el IRA seguiría protegido, aunque no cabe esperar ninguna legislación adicional.
  • Una victoria de Trump con un Congreso dividido podría no traducirse en una derogación completa de la IRA, pero sí en una nueva retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, un proceso que duraría cuatro años. Los republicanos también podrían restringir la IRA ajustando la normativa del IRS, lo que dificultaría el acceso a los beneficios fiscales.
  • Una trifecta republicana -ganar la presidencia, conservar la Cámara de Representantes y recuperar el Senado-, aunque actualmente considerada improbable con un 30-35% de probabilidades por los corredores de apuestas[3], aumentaría los esfuerzos para derogar la IRA.

 

Por qué es improbable una derogación total

La dificultad de derogar por completo una legislación importante en Estados Unidos hace improbable una reversión total del IRA. Los intentos históricos, como el fracaso de derogar el Obamacare en 2017 y la incapacidad de revertir los recortes fiscales de Trump, ilustran los desafíos que entraña.

El Partido Republicano ha propuesto la "Ley Limitar, Ahorrar, Crecer" para reducir la IRA, aunque este plan busca principalmente limitar en lugar de eliminar muchas de sus disposiciones.

El dinero de la energía limpia en la IRA va a parar a estados y distritos rojos. Algunas ventajas del IRA cuentan incluso con el apoyo de los republicanos: Por ejemplo, el senador por Dakota del Sur John Thune, el segundo senador republicano de mayor rango, es un firme defensor de los biocombustibles.

Las desgravaciones fiscales a los vehículos eléctricos son probablemente las que corren más riesgo, dado su coste desorbitado y su importancia política, pero el consenso político podría cambiar si la percepción en torno al VE se traslada a la competencia contra China.

 

A largo plazo, la economía importa más que la política

A pesar de la promesa de Trump de recuperar el carbón durante su primera presidencia, el porcentaje de este combustible en la generación de energía estadounidense cayó del 31% al 20%[4], su descenso más rápido en un solo mandato presidencial. La cuota de las energías renovables subió al 9% desde el 6% de[5] al mismo tiempo, y Texas, dominado por los republicanos, superó a California como mayor estado en energías renovables.
La energía solar es ahora la fuente de electricidad más barata en todo el mundo, incluso sin subvenciones, y los costes de las baterías han reanudado su inexorable descenso. Al fin y al cabo, la economía impulsará la transición.

 

En resumen, las elecciones estadounidenses de 2024 influirán en el sentimiento en torno al tema de la descarbonización, con diversos escenarios que repercutirán en el futuro de la IRA y, por extensión, en la política climática estadounidense. A largo plazo, la economía importa más que la política y el descenso de los costes de las tecnologías verdes debería seguir siendo el principal motor de la transición.

 

 

[1] Elecciones en todo el mundo en 2024 | TIME
[2] Qué contiene la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022 | McKinsey
[3] 270toWin - Mapa interactivo de las elecciones presidenciales de 2024
[4] Bloomberg
[5] Bloomberg

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